Venezuela no tiene una estructura económica y financiera que le permita vender 20 mil barriles diarios de combustible a Irán. Además, se expone a conflictos con otros países muy ajenos al Caribe y Suramérica.
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Lo dice hoy el experto petrolero José Suárez Núñez en un artículo en “Tal Cual”:
Cada viaje de ida y vuelta a Irán, incluyendo el costo del seguro y paso por el canal de Suez, podría costarle a Venezuela 1,35 millones de dólares AFP
La declaración del presidente Hugo Chávez del 6 de septiembre anunciando el acuerdo con Irán para venderle 20.000 barriles diarios de gasolina, será un negocio de unos 800 millones de dólares, y los envíos comenzarán en octubre. Ya en el 2007, Pdvsa le vendía a Irán 16.000 barriles diarios de gasolina, que salían de la refinería Isla, y originó algunos contratiempos con los armadores y los fletes, porque era en el momento preciso cuando se temía que habría guerra.
Irán es una potencia petrolera pero registra una severa ineficiencia en la refinación y debe importar 40% de la gasolina que consume.
Aparentemente el gobierno de Teherán quiere ignorar que el congreso de los Estados Unidos prepara una ley, bloqueando la exportación a Irán de gasolinas y otros productos energéticos, y, lógicamente, muchas empresas serán presionadas.
El informe Stratford indica que Venezuela tiene escasez del combustible, porque sus plantas confrontan fallas de mantenimiento y deben considerar seriamente esta clase de solidaridad y respaldo a Irán, cuando la OPEP reportó en julio que Pdvsa había producido 309.300 barriles diarios de gasolina y sólo exportó 22.000 barriles, mucho menos que los años previos.
La demanda de gasolina subió 23% en los últimos 4 años, pero la producción se incrementó 10% en el mismo período debido a los accidentes, repetidos diferimientos del mantenimiento de sus plantas y las ineficiencias que se han registrado.
Afortunadamente para Irán y Venezuela, la caída mundial de la demanda petrolera facilita suficientes tanqueros para este trabajo.
Pdvsa podría contratar tanqueros tipo Panamax, que tienen capacidad para cargar 337.000 barriles de gasolina y llevarlos a Irán en 19 días.
Cada viaje de ida y vuelta, incluyendo el costo del seguro y paso por el canal de Suez, podría costarle 1,35 millones de dólares, alrededor de 26 millones de dólares anuales, según dijeron fuentes de armadores. Un mayor costo sería la opción de utilizar tanqueros modelo Affirmax, que pueden llevar 600.000 barriles de gasolina a Irán una vez al mes, según el memorándum que han firmado Chávez y Ahmadinejad.
LA LARGA TRAVESÍA
Del monto del negocio de 800 millones de dólares, según el informe Stratford, se puede deducir que el precio de la gasolina sería de 106 dólares el barril, equivalente a 2,50 dólares el galón, un precio muy bueno para Pdvsa. Es considerablemente más alto que el precio que le cobra a regulares clientes como Colombia, y se deduce que están incluidos los riesgos y los precios que cobran los armadores.
Venezuela podría evitar la larga travesía usando un tercero confiable, cercano al golfo Pérsico, que compre la gasolina y la revenda a Irán, para evitarse el gobierno de Caracas el inconveniente de suplir gasolina a un cliente tan distante, mientras sus problemas de refinación no están resueltos. Utilizando un tercer suplidor de gasolina, podría ignorar el cierre de septiembre y las sanciones de Estados Unidos no tendrían efecto.
Empresas energéticas con refinerías como Reliance de India, BP de Gran Bretaña y Total de Francia, se han eximido de cerrar negocios con Irán, para no perturbar sus relaciones y negocios con otros países del Oeste. Un nuevo refinador de grandes proporciones como Arabia Saudita, podría lanzarse a llevar gasolina hasta Irán, para ayudar a su histórico enemigo de Teherán, evitándole a Venezuela un complicado negocio.
Un negocio de gasolina con Irán de 800 millones de dólares es muy explosivo y perjudicial para Venezuela, al enredarse en un pleito de otros países muy ajenos al Caribe y Suramérica, por muy simpático que sea el “hermano Ahmadinejad”.
Si Irán cruza la línea roja y arrastra a Venezuela consigo, Washington puede justificar medidas contra Caracas. De esto se ha hablado mucho y se han calculado muchos escenarios. Además de la posibilidad de que Venezuela corte las exportaciones petroleras a Estados Unidos, también existe la de que sea Washington el que suspenda las compras de hidrocarburos venezolanos.
Washington puede comprar el suministro venezolano en muchos sitios, pero Venezuela no tiene donde colocar de la noche a la mañana 1, 2 millones de barriles diarios de petróleo, un volumen que precisa refinerías de conversión profunda que no abundan. Además, más de un millón de barriles diarios de crudos en el mercado mundial en los actuales momentos, ubicarán los precios del crudo a menos de 30 dólares el barril.
El Gobierno Venezolano podría pensar que es preferible cambiar a Estados Unidos por Irán, pero están equivocados los que se mueven en esa dirección. Irán no necesita petróleo, que es lo único que nosotros vendemos y el producto que llena de divisas nuestra tesorería.
Venezuela no tiene una estructura económica y financiera, para enfrentarse a una aventura suicida.
La venta de 20.000 barriles diarios de gasolina a Irán cantidad de la cual ahora no disponemos, es una tragedia anunciada.
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